Oh, Dios Todopoderoso, que me conoces íntimamente y sabes lo que hay en lo profundo de mi corazón, mis anhelos y deseos más profundos, te pido en esta ocasión tu favor y protección para mis hijos. Cúbrelos con tu manto protector para que estén a salvo de todo mal, de los peligros del mundo y de cualquier acto de maldad que los pueda lastimar.

Siento una profunda gratitud, mi Señor, por los preciosos hijos que me has dado. Son seres invaluables, llenos de amor y talento, que a diario me regalan innumerables alegrías y recuerdos para siempre. Me siento bendecido de ser su madre, su padre, porque no hay nada más reconfortante que el amor de mis hijos, Señor.

Aunque a veces enfrentemos dificultades, hoy elevo esta oración para pedirte que les brindes tu sagrada protección, mi amado Dios. Cuídalos de todo daño, de falsos amigos, de malhechores y de aquellos que buscan hacerles mal. No permitas que mis hijos sean heridos o que su alegría se vea truncada por las acciones de otros. Te suplico, mi Dios, que los ayudes a tomar buenas decisiones en la vida, que siempre elijan lo que es correcto, que se guíen por tu palabra y que mantengan firmes sus principios y su fe en Ti.

Tú sabes, mi Señor, que como padre anhelo lo mejor para mis hijos, porque Tú, siendo mi Padre, solo me has dado lo mejor de Ti. Pero soy un ser humano con errores, y también los he cometido con ellos. Te ruego que me ayudes a ser un padre justo y sabio, para poder guiar a mis hijos con mi ejemplo y mi amor.

No permitas nunca, Dios Altísimo, que mis palabras de enojo lastimen los corazones de mis hijos. Ayúdame a ser paciente con ellos, a valorar su ser como personas por encima de cualquier travesura, desobediencia o error que puedan cometer. Solo Tú eres perfecto, mi Dios.

Guíame y enséñame a ser un padre justo y amoroso, al igual que Tú, mi Dios. Que no tenga vergüenza de expresar mi amor hacia mis hijos en cualquier lugar, porque será una lección de vida para ellos. Aunque sean adultos, permíteme decirles cuánto los amo, pues son mi mayor tesoro a pesar de los años.

Ayuda a mis hijos, Dios mío, para que puedan discernir entre lo bueno y lo malo, para que se alejen de malas amistades que solo buscan su caída, para que tomen decisiones acertadas y no se vean envueltos en problemas o peligros, amado Señor. A veces no se dan cuenta de la maldad en el mundo, Señor, y piensan que mis consejos son para mantenerlos atados a mi lado o que no deseo su felicidad. Tú, más que nadie, conoces mi deseo de que mis hijos sean felices. Concede a mis hijos entendimiento y sabiduría, Padre amoroso, para que comprendan que solo busco su bienestar y felicidad.

Señor, te pido con fervor que bendigas a mis hijos en cada aspecto de sus vidas. Bendícelos en su salud, que sean fuertes y gozen de bienestar físico y emocional. Bendícelos en su mente, que sean inteligentes, creativos y sabios en sus decisiones. Bendícelos en sus relaciones, que encuentren amistades y compañeros/as que les ayuden a crecer y a ser mejores personas.

Te ruego, Padre Celestial, que les des dirección y propósito en la vida. Ayúdales a descubrir sus talentos y dones, y a usarlos para tu gloria y el bienestar de los demás. Guíales en la elección de sus estudios, carreras y proyectos de vida, para que encuentren su camino y cumplan con tu voluntad.

Te pido, Señor, que les des un corazón compasivo y generoso, que amen a los demás y se preocupen por los necesitados. Ayúdales a ser personas justas, éticas y comprometidas con la justicia social. Que sean instrumentos de tu amor y misericordia en el mundo.

Te pido, Dios misericordioso, que les concedas tu gracia y perdón cuando fallen, y que aprendan a perdonar a los demás. Que sean humildes y pacientes en sus tratos con los demás, y que sepan resolver conflictos de manera pacífica y constructiva.

Te pido, Padre bueno, que les fortalezcas en su fe y relación contigo. Que nunca se alejen de Ti, sino que crezcan en su conocimiento y amor hacia Ti. Ayúdales a tener una relación íntima contigo, a orar y a meditar en tu palabra, y a vivir de acuerdo a tus principios y enseñanzas.

Te agradezco, Señor, por escuchar mis peticiones y por cuidar de mis hijos. Confío en tu amor y en tu providencia, y sé que siempre estás con ellos en todo momento. Bendito seas, oh Dios, por siempre y para siempre. Amén.

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